Actualmente, Chiapas vive una feminización del periodismo. La incursión de las mujeres como reporteras o periodistas es evidente.
Hace algunas décadas, los medios informativos eran exclusivamente área de trabajo de los hombres. Más tarde, tímidamente, la mujer incursionó en la sección de sociales de los periódicos. Hoy en día, hay mujeres reporteras y reporteras gráficas (fotógrafas) cubriendo los acontecimientos diarios que definen el acontecer de nuestro estado; las leemos en periódicos y revistas, las escuchamos en radio y las vemos en televisión. Lo mismo cubren una conferencia de prensa de salud, que una marcha de campesinos, un motín de internos y hay quienes fueron transmisoras de la guerrilla zapatista en 1994.
Son mujeres profesionistas, egresadas de carreras alusivas al periodismo y la comunicación. Casadas o solteras; madres, esposas o hijas. Adultas y jóvenes con años de experiencia en el gremio periodístico; jóvenes egresadas de la universidad con ganas de aportar.
Se trata de un sector joven, en su mayoría, la edad de las reporteras activas oscila entre los 25 y 30 años. Gran parte de ellas desempeña la actividad reporteril desde hace siete a 10 años, con casos excepcionales de mujeres que van por las dos décadas y que fueron parte de las primeras generaciones de periodistas en Chiapas.
Irma Ramírez Molina, subdirectora del diario El Sie7e de Chiapas, tiene más de 16 años de ejercicio periodístico en los medios impresos; inició en octubre de 1992. De ese entonces a la hecha ha laborado en los periódicos El Observador de la Frontera Sur (ya fuera de circulación), Cuarto Poder y Diario de Chiapas. El tiempo que lleva dentro del gremio le ha permitido identificar tres “camadas” de reporteras: la primera de ellas, las que abrieron camino, estuvo integrada por Susana Solís, corresponsal de Televisa, Candelaria Rodríguez, productora y conductora del programa radiofónico Ni más, ni menos mujeres, y Leticia Hernández, directora del periódico Expreso Chiapas; todas ellas activas en la actualidad.
Luego, apareció otro grupo de mujeres reporteras, entre ellas Gabriela Coutiño, Mary Jose Díaz, Aracely Mateos, Yolanda López Ordaz, Deysi Castillo y la propia Irma Ramírez. Años después, con la creación de carreras universitarias en periodismo y comunicación, emerge una generación de jóvenes, que hasta ahora continúa incorporándose.
A continuación, con base en un cuestionario formulado a algunas compañeras reporteras, se expone una radiografía de los medios desde el punto de vista femenino, en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, que se celebra el 3 de mayo.
CONDICIONES LABORALES: AVANCES HAY, PERO AÚN SON INSUFICIENTES
Las condiciones laborales de quienes día a día se dedican a buscar la información más fresca, relevante y de interés para la sociedad han mejorado de un tiempo para acá. Sin embargo esto no significa que el gremio esté conforme, pues saben que aún es insuficiente.
Hace 10 años, una reportera ganaba de mil 500 a cuatro mil pesos mensuales; hoy puede ganar de tres mil a siete mil pesos, y más si combina dos medios (periódico y tv, radio y tv, periódico y radio...). Además, antes no tenía prestaciones, en la actualidad no todas gozan de este beneficio pero ya hay la iniciativa por parte de algunos dueños de los medios en proporcionar estos derechos.
La Comisión Nacional de los Salarios Mínimos ubica al estado de Chiapas en la zona geográfica C, y de acuerdo con la lista de profesiones, oficios y trabajos especiales a los que se les fija un salario mínimo profesional, un reportero(a) en prensa diaria impresa debe percibir 155.38 pesos diarios. A diferencia de un reportero(a) de la zona geográfica B que gana 160.03 pesos diarios y el de la zona geográfica A, 164.18 pesos diarios.
Patricia Espinosa, reportera de El Sie7e de Chiapas, comentó al respecto: “en cuestión de los medios, yo creo que muchos no saben que es muy mal pagado, sólo los que estamos dentro. Precisamente para que te vaya mejor económicamente, llega un momento, por ejemplo en mi caso, que estuve en tres medios al mismo tiempo: Megacable (tv), Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión (noticiario radiofónico Reporteros en Acción, con don Augusto Solórzano) y La Voz del Sureste (periódico). Y hubo un momento en que además tuve la corresponsalía de la Cadena Raza, o sea, tres medios en Tuxtla y una corresponsalía para la ciudad de México”. Paty gana cinco mil pesos mensuales, “es muy poco aún. Creo que mínimo deberíamos ganar 10 mil pesos, por todo el trabajo que se hace, porque se expone uno al peligro, no es digno un salario así, y es de los salarios, entre comillas, más altos, porque hay otros periódicos que pagan menos y así lo aceptan, por la necesidad de espacios laborales”.
Sandra de los Santos, de El Heraldo de Chiapas, dijo: “la verdad es que laboralmente siento que ahora tengo mejores condiciones de trabajo que antes, no las mejores que deben de haber. En el periódico tenemos todas las prestaciones, es una de las pocas empresas periodísticas en Chiapas que sí cumple con eso, lo mínimo, pero lo cumple. Creo que ahorita, en algo, así muy mínimo, han mejorado las condiciones, pero eso no quiere decir que sea porque estemos ya mejor, sino porque se está respetando un poco más, pero no es ninguna canonjía, es lo que deben de cumplir, lo que pasa es que antes no lo hacían, ni una sola lo hacía”.
En el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa, las comunicadoras sugieren, para mejorar las condiciones laborales de su profesión: mejores salarios, prestaciones, capacitación continua y respetar la libertad de expresión.
JORNADAS LABORALES DE 24 HORAS, LOS 365 DÍAS DEL AÑO
“En este trabajo no tenemos horario”, apuntó Érika Sánchez Cruz, corresponsal en la zona Costa para los medios Más allá de la noticia (radio y tv), La Voz del Sureste, Ni más ni menos mujeres y Péndulo de Chiapas, de Tuxtla Gutiérrez; y para Ecos del Valle, de Cintalapa. Y relató por qué: “Con Reporteros en Acción debíamos de tener las noticias al momento, entonces don Augusto (Solórzano), si a las dos de la mañana se enteraba de algo que pasaba en mi zona, me llamaba a esa hora y pues tenía que ir al lugar y conseguir la información”.
Valeria Martínez, reportera gráfica de El Heraldo de Chiapas, el diario deportivo Esto nacional y la revista Ni más, ni menos mujeres, igualmente aseguró que no tiene horario de entrada ni salida. “A la hora que me necesiten ahí estoy, ya sea para nota roja, deportes, política o reportajes fuera de Tuxtla”.
Un ejemplo más de esta realidad. Yudith Gutiérrez, corresponsal en la región Frailesca de El Sie7e de Chiapas y comentarista deportivo en Radio Núcleo Tuxtla, mencionó: “no tengo un horario establecido, ni hora de entrada ni salida, sólo hay que estar pendiente de lo que ocurra en la zona”.
SU CONDICIÓN DE MUJER
De 15 cuestionarios aplicados, 12 reporteras afirmaron que en algún momento de su carrera profesional han observado diferencias dentro del medio por su condición de mujer.
Ana Laura Mondragón, del diario Cuarto Poder: “algunas veces al mostrar más astucia para encontrar la nota, los compañeros se sienten rebasados; sobre todo si el editor es hombre, trata de obstaculizar el paso”.
Claudia Cantón Chiu, reportera del Sistema Chiapaneco de Radio y Televisión: “Cuando comencé eran muy pocas mujeres quienes nos dedicábamos a este trabajo y realmente escuchaba comentarios de ellas, que ya eran gente grande, con compromisos de matrimonio e hijos, que era muy difícil por ejemplo que los jefes hombres te dieran chance da darle la hora de alimentación del bebé o dedicarte un tiempo a tus hijos, que si se enfermaron, que si una junta escolar, era muy difícil que ellos entendieran ese aspecto, que tenías que cumplir una doble jornada dentro del trabajo. Los jefes que he tenido sí me han comprendido en ese aspecto. Cuando no se puede, mis compañeras me echan la mano, me cubren; raro es el compañero varón que dice ‘vete y yo te cubro’. Es bien difícil porque en el canal yo fui una de las primeras que es reportera y mamá, y sí se puede, si lo dialogas con tu jefe y le pides compresión, sí se puede llegar a un acuerdo sin menoscabo de tu trabajo. En lo que no estoy de acuerdo es en el salario, que es muy disparejo. Por ejemplo, en la unidad donde trabajo, todos ganamos igual, pero no podemos ascender, cada cambio de gobierno viene gente de fuera y tú te quedas en tu lugar sin la oportunidad de escalar a otro puesto, y siempre el que más o menos tiene la posibilidad de ascender es un compañero varón”.
Érika Sánchez, corresponsal en la zona Costa: “Lo que he visto y me desagrada, es el acoso que me ha tocado ver que pasan algunas compañeras por parte de funcionarios, es realmente desagradable y además frustrante no poder hacer ni decir nada porque son gente que están dentro del poder”.
Flor de María Cordero Pinto, corresponsal de Cuarto Poder en Comitán: “En mi poca experiencia te puedo decir que los funcionarios no te toman en cuenta, prefieren hablarle a los colegas hombres; un simple ejemplo, cuando existe balaceras o ejecuciones no te alertan para no ponerte en “peligro”, ¿por qué?, por ser mujer, no te toman en cuenta, no existes, es por eso que siempre haces compañía con un reportero (sexo masculino)”.
Laura Matus, reportera de El Heraldo de Chiapas: “Sí existen diferencias de género, al igual que las existen en las diversas profesiones, no sólo el periodismo”.
Leni García Vázquez, reportera de Radio Núcleo: “Sí, falta mucha equidad de género”.
Patricia de los Santos, reportera del periódico Expreso Chiapas: “La diferencia acaso radica en cómo nos ven los entrevistados; a veces nos tratan como tontas o confían en que no seremos chayoteras, pero otra cosa muy importante es que a veces sufrimos algo que seguro los compañeros reporteros no sufren, acoso sexual”.
Patricia Espinosa, de El Sie7e de Chiapas: “Yo me he encontrado con cada pared, en dependencias, porque ya trabajé en gobierno, y también en las empresas. En uno de los medios donde trabajé, de inicio te piden la prueba de no gravidez, me opuse y me dijeron en pocas palabras que si no la llevaba, simple y sencillamente no me contrataban, entonces no me quedó de otra. Esta es una de las cosas que ya no se debe dar en estos tiempos. Otra de las cosas es que por ser mujer, creen que no tienes la capacidad, que te pueden ver la cara de tonta, que no puedes hacer las cosas; por ejemplo para tv, que no puedes hacer el guión, reportear, armar todo el noticiero, pero yo les he demostrado todo lo contrario”.
Sandra de los Santos, de El Heraldo de Chiapas: “Sí hay un acto de discriminación en muchas cosas, las he vivido en muchos aspectos, por ejemplo, algo muy común en el medio es que porque eres mujer no cubres ciertas cosas, como en esa falsa idea de protección no te dan el chance; y yo no sé si un pene te hace inmortal o qué, pero igual nos parten la madre a nosotras. O bien, pasa que te dicen, ‘ve tú porque como eres mujer no te van a hacer tal cosa”. En ciertas cosas como que nos clasifican, yo estuve un tiempo editando nota roja y te das cuenta que los chavos lo marcan como territorio de hombres. Me he topado mucho también con la idea en la radio de muchos compañeros y compañeras que dicen preferir contratar mujeres porque son más responsables, no echan trago y demás, y esa también es una forma de discriminación, ¿y si yo echo trago, qué?, o sea, ¿por ser mujer estoy obligada a no tomar, a venir a las ocho? O lo clásico que pasa, los funcionaros prefieren la entrevista con los chavos porque sienten que con ellos pueden negociar y a ti te mandan al diablo, de entrada te dicen que no, porque saben que es más difícil la negociación, por decirlo así. O como pasa en muchos trabajos, muchos compañeros, como las mujeres no estamos en puestos de decisión, no somos jefas, muchos negocian en cancha húmeda, nos vamos a echar chelas con el jefe, y eso no se vale porque entonces a uno le cuesta más llegar. Yo por ejemplo si pido permiso dos días, igual y me los dan, pero yo tengo que demostrar con trabajo real que merezco esos días, siendo que a otro tal vez nada más le costó una peda”.
Valeria Martínez, reportera gráfica: “Sí me ha pasado, el jefe anterior era muy misógino, yo soy la única mujer en mi departamento y sí me limitaba de muchas cosas”.
Yudith Gutiérrez, corresponsal en la zona Frailesca: “En el medio deportivo sí (hay diferencias), sobre todo porque cuando yo empecé, estaba todavía como ese hoyo negro donde no existía participación de la mujer periodista en el deporte, ya hace muchos años hubo compañeras que empezaron a explorar este campo, pero cuando yo inicié no estaban, de hecho recuerdo que fui la única mujer cuando empezó el futbol de primera división y estuve rodeada de compañeros hombres, que al principio dudaron que continuara y había muchos prejuicios, y poco a poco fui siendo aceptada en este terreno, dominado por hombres, al menos en el plano de periodismo deportivo. Afortunadamente, hoy en día veo a más compañeras en la nota deportiva”.
Irma Ramírez, subdirectora de El Sie7e de Chiapas: “Cuando empecé, el único problema es que nos veían los compañeros o como prosti o lesbiana, no había vuelta de hoja, pero hasta eso nos veían como las niñitas que había que ayudar, y como nunca hicimos caso, esos comentarios quedaron atrás y demostrando que no eras ninguna de las dos cosas”.
Rosario Nangusé, reportera de La Voz del Sureste, Mitzi Fuentes y Yulia Ventura, corresponsales de los periódicos Noticias y El Heraldo de Chiapas, en San Cristóbal de las Casas y la región Frailesca, respectivamente, no ven ninguna diferencia de género, dicen que el trato es igual.
REPORTERA-MADRE, ESPOSA E HIJA
Las dobles y triples jornadas de trabajo de una mujer también las vive una reportera o periodista. El hecho de que el periodismo sea una profesión sin un horario específico las obliga a ingeniárselas para además de cumplir su función social, cumplir como madres, esposas e hijas.
Para el periodismo no hay fines de semana, no hay días festivos. A “la familia a veces la dejas, si te mandan a cubrir a otro lado, te vas dos o tres días, o a capacitación, no estás con la familia. A veces ni me ven, desde la mañana hasta la noche si te toca guardia en algún medio, llegas hasta las 11 ó 12 de la noche; en tiempos electorales ni se diga”, contó Paty Espinosa en su experiencia como hija, viviendo a lado de sus padres.
Irma Ramírez, además de periodista, es esposa y madre: “Todos los días me levanto a las 6:00 am, sin importar a qué hora me duerma, para atender a mi niña que se va a la secundaria, luego quedo atendiendo al niño que se va a la primaria, después me baño y a la calle, es decir a la oficina, cumplo los compromisos que haya y tengo por regla ir a comer a mi casa, de ahí hasta la madrugada; los sábados no hago ningún tipo de compromiso, se lo dedico al 100 por ciento a mis hijos”.
“Trato de que el estrés no se entrometa en la relación con mi hija, ni en mi casa, y cuando se puede me acompaña a algunas entrevistas y hasta a redactar, le leo muchas de mis notas antes de que se publiquen”: Ana Laura Mondragón, madre soltera, tiene una hija de ocho años.
Para una mujer divorciada como Flor de María Cordero, la experiencia es la siguiente: “Voy a cualquier parte pero siempre con una lap y tarjeta de red inalámbrica, y la familia se aburre conmigo, ya no me toman en cuenta porque dicen que sólo me la paso hablando por cel o en la computadora; en mi caso mi ex esposo nunca me entendió y nos divorciamos”.
Yudith Gutiérrez: “Es algo pesado porque tenemos triple papel quienes nos dedicamos a esto, trabajar, ser mamá y ama de casa, en mi caso. En la mañana llevo a mi hija a la escuela, reporteo, regreso por ella y en la tarde ocupo un rato para las labores de la casa y salir a dar un paseo con mi hija. Lo más difícil es por las tardes, cuando tengo que salir eventualmente a trabajar y debo buscar con quién dejar mi hija y en ocasiones no hay con quién”.
“Trato de aprovechar al máximo mi tiempo para obtener buena y abundante información, que me permita administrarla de acuerdo a las necesidades de tiempo de mi familia. Procuro dedicarme a mi casa de las tres en adelante, aunque claro no siempre se puede, porque muchas veces llevo trabajo a casa”: Laura Matus.
Breves pero directas, Leni García nos dijo que combina su vida laboral con la personal “a las carreras”, mientras que Paty de los Santos anotó que resuelve esta situación “llevando a mis hijos al trabajo”.
ANÉCDOTAS
Claudia Cantón Chiu tiene 41 años de edad, inició su trabajo en los medios en 1991: “Lo que más me gusta de esta profesión es que ninguna otra me hubiera dado esa oportunidad de hacer y ser parte de la historia. Me ha dado la oportunidad de estar en una primera piedra de un edifico histórico, conocer personalidades, gobernadores, artistas, deportistas. Por ejemplo, empecé haciendo cultura, en las noches iba al foro cultural universitario, conocí a don Roberto mancilla, un periodista muy reconocida, tuve el gusto de platicar con él, de entrevistarlo, conocerlo”.
Irma Ramírez, 39 años, comenzó su carrera periodística en octubre de 1992: “Un día me mandaron a Liquidámbar a cubrir una nota porque los villistas, si no mal recuerdo, habían tomado la finca, nos fuimos en helicóptero y todavía se tuvo que caminar un cerro, las cosas estaban difíciles, creímos que ahí nos iban a retener, pues la gente estaba armada, luego de una serie de negociaciones de las autoridades, por fin pudimos salir ya muy tarde, el helicóptero no despegaba, llegó un momento en que nos rodearon, las personas estaban muy molestas, tenían retenido al gerente de la finca; pánico sentimos”.
Érika Sánchez, 26 años, 12 reporteando: “Cuando inicié en Reporteros en Acción, Don Augusto me andaba calando y me mandó al aeropuerto de Tuxtla para ponerme a prueba, fui con Javier Solís, quien me dijo que la idea era entrevistar a los funcionarios que van y vienen en los vuelos, entonces inmediatamente Javier volteó y me dijo, ‘mira Érika, ahí va un funcionario, corre y has la entrevista, ya casi empieza el noti, para que pasea algo en el primer corte’, corrí y entrevisté al funcionario, era alguien del Cecytech, cuando regresé me preguntó Javier ‘¿lo alcanzaste?’ y le dije que ‘sí, lo único es que no le pregunté su nombre lo bueno es que tú lo conoces’, entonces me dijo que no lo conocía, que sabía que era funcionario porque venía en un vehículo de gobierno, así que esa entrevista nunca salió al aire porque hasta hoy no sé a quién entrevisté”.
Paty Espinosa, de 29 años, ocho años de reportera: “Cuando hubo un motín en lo que se llama ahorita Villa Crisol, me mandaron a cubrir por parte del Centro de Actividad Radiofónica, pero te entras tanto, te apasionas con la transmisión en vivo, que estaban aventando gases lacrimógenos, quemando vehículos, aventando piedras y todo, y yo estaba a la mitad de todo el revuelo entre los jóvenes. Los elementos policiacos eran muy pocos, no habían llegado los refuerzos, me preguntaron qué haces aquí, salte, te van a lastimar, ahí fue donde me entró el pánico porque no me había dado cuenta, me resguardé atrás de un vehículo, sí estuvo feo, pero te gana la pasión. A las cosas que te expones”.
Flor de María Cordero, 30 años, ejerce el periodismo desde que egresó de la carrera en el 2000: “En el caso Chincultik, por salir huyendo de los pobladores que macheteaban las llantas de tu coche y te quebraban los cristales con piedras, tuve una crisis de nervios que me provocó que las manos se me entumieran en el volante de mi coche, gritaba, lloraba y profería injurias al mismo tiempo”.
Yulia Ventura, 30 años, reportea desde el 2000: “En La Concordia, solicité una entrevista con el entonces diputado del Verde Ecologista, Manuel Velasco, a la cual accedió, pero mi grabadora no, me dio mucha pena y le pedí la entrevista otra vez; aprendí que como arma de trabajo y como tu responsabilidad debes tener tu cámara, tu grabadora, tu libreta y lapicero al cien”.
Valeria Martínez, reportera gráfica desde el 2001: “Cuando estaba trabajando en el Cuarto Poder fui a una obra de teatro en la casa de la cultura, en ese entonces teníamos cámara de rollo y saqué muchas fotos, me moví como quise, tenía los mejores ángulos, pero cuál fue mi sorpresa cuando fui a recoger mis fotos una hora después, me dicen que no tenía rollo, jajajaja, ahí me ves, me regresé a la casa de la cultura y busqué a los chavos de la obra y les expliqué mi situación, se volvieron a vestir y me posaron para que les volviera a tomar las fotos; fue algo muy chistoso pero a la vez vergonzoso”.
Yudith Gutiérrez, 29 años, siete de ellos dedicados a la actividad reporteril: “Estar dentro de los primeros reporteros que entrevistaron a Salvador Cabañas, recién llegado a México cuando nadie lo conocía y en un partido de Jaguares donde el silbante fue Marco Antonio Rodríguez (a) Chiquidrácula; la gente lo abucheó por su arbitraje y por la actitud que tomó contra Cabañas, al término del partido tuvo que salir con granaderos porque la gente empezó a aventar cosas hacia el campo y ahí estábamos los reporteros, y cuando reaccioné me di cuenta que estaba yo solita en medio del campo con los granaderos y mejor corrí para que no me lastimaran”.
Ana Laura Mondragón, 30 años: “De gira con un candidato, en el aeropuerto de Palenque, hace ya algunos años, con la computadora en una mano y la grabadora en otra, entre el pasto vi un alacrán, este personaje, muy fino, hizo una pausa para responder una pregunta, justamente a un lado del animal, yo tuve que acercarme para no perder mi visión de la información, y justo sentí el pinchazo. El dolor fue muy fuerte, subimos al helicóptero y ahí ya con fiebre tuve que dar a conocer lo que me sucedía, sin más, esa figura me pidió enseñar el piquete, con toda le pena lo hice, la pierna ya inflamada. Ya en el hangar, el candidato pidió la atención de un doctor militar, pero los 30 ó 40 minutos de vuelo esa vez, fueron los peores”.
Rosario Nangusé, 29 años, incursionó en el periodismo hace apenas tres meses: “Llevaba unos días trabajando cuando me ofrecieron el famoso ‘chayo’, hasta pena me dio. Este medio está bastante maleado que parecería normal, pero (para) principiantes que deseamos hacer bien nuestra chamba, se siente feo. Yo prefiero asolearme todo el día y sacar honradamente mis notas. Eso es lo que las nuevas generaciones no deben de olvidar, mantenernos limpios ante cualquier impunidad”.
Este apartado concluye con la reflexión de la compañera Sandra de los Santos, de 25 años y nueve años en los medios: “La feminización de las comunicadoras sí ha cambiado la forma de hacer periodismo en Chiapas. Hace nueve años había muchos hombres, ahora la mayoría somos mujeres. Me he dado cuenta, y no creo que sea casualidad, que quienes estamos tratando de hacer algo diferente, somos mujeres. Nos falta mucho, pero por ahí vamos”.
PROTECCIÓN LEGAL A PERIODISTAS
En Chiapas existe la Fiscalía Especializada en Atención a Delitos Cometidos en Contra de Periodistas, dependiente de la Procuraduría General de Justicia del Estado, que es la instancia encargada de velar por los derechos de quienes ejercen la noble tarea de informar a la sociedad. Su función primordial es dirigir, coordinar y supervisar las investigaciones y, en su caso, la persecución de los delitos cometidos contra periodistas y perpetrados con motivo de su ejercicio profesional.
El titular de esta Fiscalía Especializada, Ignacio Soberano Velasco, dio a conocer que en el 2008 integraron 38 expedientes, de los cuales resolvieron 32 y seis están en proceso. En tanto, en lo que va del presente año han recibido siete denuncias, de ellas tres han sido elevadas a averiguación previa y las demás son actas administrativas. De las 32 quejas resueltas, todas han sido a favor de los representantes del gremio periodístico, “porque esa es nuestra función, proteger al periodista”.
Aseveró que como ahora existe la libertad de prensa, no se presentan muchos problemas entre periodistas y autoridades. Según cifras de la Fiscalía, el año pasado recibieron 2.8 denuncias por mes.
Apuntó que las y los comunicadores se acercan a esta instancia para denunciar, generalmente, amenazas y lesiones, éstas últimas lesiones simples que tardan menos de 15 días en sanar.
La mayoría de las denuncias receptuadas por la Fiscalía provienen de los municipios de Pichucalco, Comitán, Tzimol y Bellavista. El fiscal explica que esto se debe a que es en los pueblos, sobre todo, donde se presentan ciertas dificultades, entre ellas el impedimento para la distribución de periódicos y en esos casos se dialoga con los presidentes municipales para que permitan la libre comercialización en las oficinas públicas.
Soberano Velasco precisó que de las 45 denuncias presentadas por quienes ejercen en los medios informativos, dos han sido actas administrativas levantadas por mujeres periodistas, quienes únicamente han pedido que se cite al agresor y se le aperciba para que se abstenga de seguir amenazándolas. De estos dos casos, en uno se apercibió a la persona en cuestión, mientras que en el otro “la periodista se desistió, ya no tenía interés en que siguiera el asunto”.
Desde la percepción del fiscal especializado, en comparación con años anteriores, sí hay avances en la incursión de las mujeres en el periodismo. “Antes las mujeres eran exclusivamente para sociales, hoy trabajan en política, nota policiaca, entrevistas y reportajes a funcionarios; veo que hay más participación de las mujeres”.
Finalmente, invitó a los compañeros de la prensa para que cuando sean transgredidos en la práctica de su quehacer periodístico, acudan a la Fiscalía y denuncien, pues la dependencia no actúa de oficio.
“A veces nada más sale la nota en los periódicos de una agresión pero no denuncian, entonces si no hay denuncia no puede haber justicia”, puntualizó el funcionario estatal.
Las mujeres se están abriendo paso, poco a poco, en los diferentes ámbitos; el periodismo es uno de ellos. Son apasionadas, entregadas, responsables. Todas ellas están en el medio por vocación, porque alguna vez mientras estudiaban la carrera soñaban con cambiar el mundo: estar en contacto con la gente, conocer sus necesidades, exponerlas en los medios y lograr que sean atendidas.
Aman lo que hacen, si no, ya hubieran tirado la toalla, porque las condiciones en que trabajan no son óptimas. Como bien lo expresó la reportera Paty Espinosa: “no vemos a la familia, es absorbente, mal pagado, pero aquí estamos, en pie de lucha”.
Yo kiciera decirles k yo kiero operarme mis cenos ya k de mi segundo hijo un pecho tengo mas grande k el otro y uso un trapo en el otro seno para k no se note kiciera ayuda y k alguien me apoyara a conseguir a un doctor k sea bueno me siento muy insegura de mi en verdad gracias espero respuesta.
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